El sentido
que toma una palabra
calla
cuando hablan los silencios,
por encima de los ojos cerrados,
de los puños abiertos,
de los puzzles sin montar.
Las guerras inacabadas,
las frases a medio hablar,
las fotos de pared y polvo
no acatan las reglas
del bien y el mal.
No escuchas cuando alzo la voz,
no me ves y no te veo,
y te vas y te vas,
y no corro, no corro.
La noche me da miedo
por qué,
por qué
tienes las manos frías
y yo ardo,
no lo merezco,
o sí,
pero te vas, te vas
y estás lejos y hay humo,
humo y distorsión,
inercia,
no quiero alargar la mano,
el tiempo me asusta
y me acusa
y no oigo y no entiendo,
no entiendo,
por qué
qué hay en tu cabeza
que ni las fronteras ni los telones
sólo el silencio
cállate
cállate
y levanta la voz
que ya no la noche
el silencio,
el silencio
me arranca la voz.
Silencio.
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